viernes, 5 de marzo de 2010

Capítulos 1 y 2

Capítulo 1: Niñez

Llegué al mundo un 2 de octubre… todos me esperaban emocionados ya que sería la niña que tanto habían buscado mis papas. Mis dos hermanos también estaban contentos con tener una hermanita, ¿qué raro verdad?, pero lo cierto es que siempre jugaban conmigo y me querían con locura.

Como mis papas trabajaban, cuando yo apenas tenía un añito mi mama contrató a una mujer para que me cuidara, la cual hoy en día sigue siendo para mí como una segunda madre, aprendí a hablar, a caminar… y cuando tuve 3 añitos mis papas decidieron que sería buena idea que fuera un tiempo a la guardería para así cuando comenzase el colegio no me costase tanto adaptarme, en la guardería conocí a una niña llamada Laura fue mi primer amiga, compartimos muchos momentos juntas y todavía somos amigas increíble, ¿cierto?.

Cuando llego el momento de ir al colegio, mi madre me contó que ese día lloré un montón ¿cómo todos, o no?Pero cuando fue a recogerme me dijo, que yo le había dicho "mami ya nos vamos” con una sonrisa, obvio no me acuerdo. Por lo que fui una niña feliz.

Cuando comencé a crecer, las cosas cambiaron un poco ya que yo no era como todas las demás niñas, con 6 años me detectaron un problema en un ojo decían que lo tenía “vago” bueno un poco vaga yo sí que era pero de ahí a tener un ojo vago, lo que yo desconocía es que me esperarían 7 largos años con gafas y un parche en un ojo, fue horrible, mi madre me lo ponía a raja tabla y como es de imaginar los niños son crueles y claro comenzaron las burlas y los insultos “cuatro ojos, gafuda…” todavía cuando lo recuerdo me enfurezco, supongo que todos tenemos un trauma infantil pero yo ¿solo uno?

Mi desgracia unida a que era gordita con el pelo corto y flequillo horrible pues supuso una depresión y llevó a que con 14 años rompiera todas esas fotos espantosas, que tanta vergüenza me daban a pesar de que era yo misma, solo que con unos años menos. A pesar de mi desgracia y complejos tenía dos amigas geniales que siempre estaban conmigo una era Laura y la otra Marta, las adoraba eran todo para mí, fue durísimo cuando tuve 10 años decirle adiós a Marta ya que sus papas y ella se fueron a vivir a otro lugar por trabajo.

También tenía otro trauma, lloraba por todo de forma irremediable cuando me veía acorralada o sin saber que contestar, rompía a llorar por lo que todos se vacilaban de mi, era muy frustrante.

Cuando yo pensé que ya nada podía ir a peor llego el maldito dentista, con solo 12 años decidieron que era imprescindible ponerme aparatos que horror pensé, bien llore, que mas podía pasarme, con 12 años era una foca fea, aparatosa, parcheada y además gafuda y olvidar lo de llorona 24 horas ¡¡Que tortura de vida!!

Cuando cumplí los 13, al poco tiempo, un infierno cesó me quitaron el parche y me dijo el oculista que mis gafas solo eran para ver tele, estudiar y esas cosas ya que me había recuperado perfectamente del ojo y podía ver perfectamente sin gafas por fin una alegría unida a que había crecido medía 1.56 m pero mis otras desgracias personales ahí seguían, me sentía tan mal conmigo misma, me detestaba, me odiaba tanto que decidí hacer algo para que todo fuese a mejor.

Le pedí ayuda a mi hermano más pequeño, para que me creará una cuenta de Messenger ya que todo el mundo tenía una, menos yo y comencé a agregar a los de mi clase, ese era el principio de todo “tener más amigos”, lo siguiente fue mi aspecto físico, comencé a buscar información y decidí apuntarme a natación 3 veces por semana y a hacer todo caminando, evitando que me llevasen en coche a ningún lado, ya que los deportes menos nadar no eran lo mío, comencé una dieta estricta, comía cosas que odiaba todo por conseguir verme un poco mejor, comencé a dejarme crecer el fleco para que así desapareciese al cabo de unos meses y el pelo también, a los 5 meses mi melena pasaba a penas de los hombros y mi fleco había desaparecido, otro logro, también fue evidente que había perdido unos kilos aunque no lo suficiente para mi gusto pero comenzaba a sentirme un poco mejor.

En el colegio cada vez me iba mejor tanto en clase con mis notas, como con mis compañeros, salvo por mi amiga Laura que me dio de lado, pero hice nuevas amigas: Yarey, Loli, Samara, Marisol… entre otras, hicimos una auténtica piña. La verdad todo iba cada vez mejor, hasta mi complejo de llorica había disminuido casi lo tenía controlado. Además de esto mucha gente me había agregado al Messenger, no solo de mi colegio que por cierto era de monjas y teníamos que ir con ese horrible uniforme. Me habían agregado gente de mi pueblo y de otros sitios, de los cuáles destacaban 2 chicos que aunque lo ignoraba en esos momentos marcarían mi vida para siempre.

Capítulo 2: Mi 14 cumpleaños

Cuando apenas faltaban 2 semanas para mi cumpleaños, el estúpido de turno de mi vecino me esperaba a la salida del colegio, se la pasaba molestándome pero este día iba a ser diferente.

“Eh tú” -gritó Óscar
Ignore su grito y acelere mi paso para llegar a la plaza que estaba antes de mi casa, para mi sorpresa me alcanzó y tocó mi hombro, me quedé helada:

“No me oíste o que” dijo Óscar

Ah era conmigo” dije

“No te pases de lista, dame el dinero que tengas”

“no tengo nada”

“Si claro, dámelo anda” me dijo mientras forcejeaba

Yo asustada de miedo le dije “registra para que veas”

Pero como no tenía nada me jaloneo pegándome un trompazo y haciendo que cayera al suelo, luego antes de irse dijo:

“Por esta te libras, pobre de ti como cuentes algo” y se marchó

Llegue a mí casa echa una furia, mi familia lo noto y me acorralaron a preguntas, aunque yo simplemente dije:

“no tengo hambre, me voy a mi cuarto, déjenme tranquila”

Pasaron dos días y mi familia seguía insistiéndome con el mismo tema, llegó el lunes y cuando fui a clase estaba aterrada por lo que podría ocurrir.
Para mi sorpresa ni rastro del estúpido ese, hasta el jueves que comenzó a insultarme con sus amigos suerte que estaba a dos pasos de mi casa, lo que no me esperaba era lo que ocurriría en mi casa.

“Enana, ¿qué le pasaba al machango ese?” me dijo mi hermano algo molesto.

“¿Eh? “Dije sorprendida.

“Sí al Óscar ese vi que te estaba molestando”

“¿Qué dices? Tú qué haces espiando por la ventana” grité furiosa- la verdad me moría de miedo por lo que podría pasar se empeoraría todo.

“Además tu no deberías estar en el instituto Valentín” dije para librarme de todo.

Toleta hoy tuve una excursión por eso llegue temprano y no me cambies de tema, que yo no estaba espiando solo, que por casualidad estaba en el balcón, ¿me vas a contestar o no?” dijo Valentín.

“Que cosa” dije haciéndome la despistada.

“Si no me lo dices tú se lo preguntaré yo” dijo dirigiéndose a la puerta.

Asss odiaba a mi hermano por cosas como estás porque era tan pesado conmigo…
Me derrumbe…

“Pues ese idiota me está haciendo la vida imposible, el otro día trato de quitarme dinero y como no tenía me jaloneo y me tiro al suelo, cuando no me insulta, pero da igual” dije

“Ese se va enterar deja que lo pille que lo pongo en su sitio” dijo mi hermano furioso.

Puf lo que pensé todo va a ser peor.

Al día siguiente cuando salí de clase y estaba a punto de llegar a la plaza salió de la nada el estúpido este.
Comenzaba lo mismo de siempre, es que no se hartaría nunca, pero para mi sorpresa alguien más estaba a su espalda.

“Eh tú” dijo tocándole en la espalda mi hermano
Oscar se viró y se le desencajo la cara.

“Mira niñato, no estoy para perder tiempo como vuelvas a tocar o a decirle algo a mi hermana a ti sí que te va a pesar ¿entendido?”- le dijo mientras lo cogía y lo levantaba en peso.

Oscar cagadito de miedo se limitó a asentir

“¿Qué dices? no te oigo” dijo mi hermano sujetándole todavía

“Que si si” dijo Óscar

Mi hermano le soltó y Oscar se esfumó, como una cría corrí hacia donde estaba mi hermano y le abrasé.

“Oh gracias, no me esperaba…”dije mientras mi hermano me cortaba.

“Enana, que te pensabas yo soy el único que puede meterse contigo”-me dijo riéndose mientras me metía un coscorrón.

No me importó rompí a reír de pura alegría.
Los días pasaron volando y llegó el día de mi cumpleaños, todos amanecieron en mi cama felicitándome y dándome regalos yo contentísima me sentí la chica más afortunada del mundo por tener una familia como la que tenía.

Cuando llegue a clase me esperaban mis amigas para felicitarme, canturreándome “Cumpleaños feliz cumpleaños feliz te deseamos Marina” que vergüenza que pasé, como un tomate me puse, eran increíbles me habían comprado un regalo entre todas y una tarjeta, estaba feliz, lo que no esperaba es que me hubieran organizado una mini fiesta en casa de Yarey para esa tarde. Hasta los profes me felicitaron menudo revuelo.

“Oh chicas, gracias sois las mejores, no me esperaba algo así” dije mientras las abrazaba.

“Si al final vamos a llorar y todo” dijo Loli

Todas rompimos a reír

No sé porque pero sentí que todo iba a cambiar a partir de ahora. Había algo muy poderoso dentro de mí que me lo decía.

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